¡Vuelve atrás Alejandro! Viaje a la Transoxiana, Uzbekistán

A este lado del río, hay un Chevrolet blanco. La Oxiana de Robert Byron queda más allá de estas brillantes aguas: Afganistán y Turkmenistán. Todavía ninguna huella de Alejandro. Está claro, es la búsqueda de una visión, de un espíritu y los fantasmas generalmente no dejan huellas; ciegos, emprendemos un viaje dentro de un romance inextricable: el romance de Alejandro.

Como un Nilo mal orientado, el Oxus (Amu Daria) regala fertilidad y verdor durante centenares de kilómetros. Es el único eje firme de unas geografías que confunden y despiertan demonios. Estamos en los límites del mundo, aquellos confines que los macedonios querían abarcar y que, como un espejismo, una y otra vez se alejaban y desvanecían delante de ellos.

Las fronteras del gran imperio persa en esta parte tienen un nombre legendario, la Sogdiana, meta ideal de nuestro viaje. Aquí, Alejandro, tras innumerables aventuras, tomó la decisión de detener su marcha y volcar su atención hacia la India y el reino de Poros. En estas tierras, se cuenta, fundó la emblemática ciudad de Alejandría Escate, la última, la más lejana.

Nuestra aventura, sin embargo, empieza en el antiguo territorio de los nómadas de Corasmia, para, inevitablemente, seguir el tradicional tramo de la ruta de la seda de Uzbekistán. Punto de partida, en efecto, es la ciudad de Jiva, en el inicio de delta del Amu Daria, la capital histórica de la región (kanato de Jiva), donde es admirable el conjunto de la ciudadela amurallada y sus monumentos tardomedievales. Tras su visita, nos desplazaremos hacia el norte hasta alcanzar los lindes del desierto del Qyzyl Kum donde destacan las impresionantes ruinas de las antiguas ciudades-fortalezas, que controlaban el delta.

Un inevitable largo camino hacia levante nos lleva a la siguiente etapa de nuestra ruta, la imprescindible ciudad de Bujará. Centro neurálgico para el control administrativo y comercial, la ciudad conserva varios e interesantes monumentos desde época medieval hasta la época de su emirato. También nos desplazaremos a las ruinas arqueológicas de Paykend, una verdadera ciudad-emporio en el antiguo oasis de Bujará, que entre el siglo IV y IX fue el gran foco comercial y de intercambios entre Sogdiana, Bactria e India.

A continuación, entraremos plenamente en territorio sogdiano para llegar a la actual Samarcanda. Tras visitar las típicas y más representativas atracciones turísticas de la ciudad (incluido, por supuesto, el Registán), nuestro viaje tomará un nuevo rumbo, una nueva dinámica, dirigiéndonos a la gran colina de Afrasiab. Terreras y fosos conforman los restos de una gran ciudad, con siglos de ocupación. ¿Se trata de la célebre Marcanda de las fuentes helenísticas? No sabemos si la montaña de barro efectivamente oculta los nombres de Alejandro, de Clito, de Roxana; sus fantasmas parecen desvanecerse como ladrillos de barro bajo la lluvia. ¡Qué malas costumbres hay en Grecia! ¡Que mala costumbre tenemos en Pausanias de emocionarnos por tales lugares!

Luego, continuaremos la búsqueda; esta vez hacia el sur, hacia el Oxus. Es la frontera entre la antigua Sogdiana y la Bactria. En algún lugar, el ejército de Alejandro debió ingeniárselas para cruzar estas amplias aguas al regresar de la terrible hazaña de la travesía del Hindu Kush. En la geografía de Ptolomeo tenemos registrada en esta amplia zona la perdida ciudad de Alejandría Oxiana. Durante siglos fue un misterio la ubicación de este enclave, pero las sorprendentes ruinas de Kampir Tepe, que nos esperan a la orilla del río a unos pocos kilómetros de la actual ciudad de Termez, esconden en sus niveles más antiguos elementos que nos insinúan ubicar la Oxiana ptolemaica en este extraordinario lugar.

Tras nuestras visitas en Termez, cruzaremos los cielos uzbekos en dirección de la capital, Tashkent. Nos espera una última gesta, intentar alcanzar los límites: la última Alejandría. Desde Tashkent tenemos prevista una excursión a la ciudad tayika de Khodjend, donde tradicionalmente se ubica la Alejandra Eschate de las fuentes antiguas y donde podremos visitar el museo de historia ubicado en la ciudadela.

Tras una última jornada en la capital de Uzbekistán, nos prepararemos para nuestro regreso al hogar como los guerreros de Alejandro, después de haber alcanzado los confines del mundo.