Cuanto más se aproximaba, la ceniza caía en las naves cada vez más caliente y más densa, y también pedruscos y piedras ennegrecidas quemadas y rajadas por el fuego, al paso que el mar se abría como un vado y las playas se veían obstaculizadas por los cascotes. Estuvo a punto de volver atrás, pero dijo al piloto, que se lo aconsejaba: "La fortuna favorece a los fuertes. Dirígete a la casa de Pomponiano".
PLINIO EL JOVEN, EPISTULAE VI, 16
Cinco citas, cinco aventuras en el mundo antiguo cuyo relato, a través de la historiografía, han llegado hasta nosotros.
Historias y acontecimientos al límite de lo creíble que nos hacen reflexionar sobre las motivaciones, las ambiciones, los miedos de hombres que, en épocas lejanas, han vivido aventuras dignas de los modernos guiones hollywoodienses. El mundo antiguo no deja de sorprendernos y sus relatos siguen poniendo a prueba nuestra imaginación, haciéndonos recordar que lo importante es navegar, no vivir…
El curso se desarrolla en cinco sesiones de la mano de diferentes expertos en historia antigua y divulgación para contextualizar los eventos narrados en ámbito histórico, geográfico y social.
Jesús Barba Rey
A medida que los gritos se hacían más intensos y cada vez más próximos, y dado que, poco a poco, la gente que llegaba se iba sumando a los que no paraban de gritar, de forma que cuantos más acudían mayor era el vocerío, Jenofonte pensó que ocurría algo realmente grave, por lo que, subiéndose a su caballo, tomó consigo a Licio y al cuerpo de caballería y acudió en su auxilio; de repente oyeron a los soldados proferir un grito que corría de boca en boca: “¡El mar, el mar!”. En ese instante, la retaguardia entera se echó a correr hacia allí, azuzando también a las bestias de carga y a los caballos. Cuando se hallaron en la cima, todos comenzaron a abrazarse entre sí, incluidos estrategos y capitanes, con lágrimas en los ojos.
Jenofonte, Anábasis IV 7.23-25
En 401 a.C, el intento de Ciro el Joven de hacerse con el trono persa que ocupaba su hermano mayor Artajerjes II fracasó en los campos de Cunaxa, cerca de Babilonia. La muerte en batalla de Ciro y el fin de su revuelta, provocó que el contingente de 10.000 hoplitas griegos mercenarios que formaba parte de su ejército quedara aislado y rodeado de enemigos. Traicionados y asesinados sus estrategos, el ejército griego, dirigido ahora por Jenofonte, comenzó una larga marcha de 4000 km por territorio hostil, remontando el Tigris y atravesando Armenia hasta llegar a la orilla sur del mar Negro. Acosados constantemente por los persas, la Retirada de los Diez Mil hacia el mar, plagada de penalidades y batallas, constituye uno de los episodios históricos más dramáticos y asombrosos de la Historia Antigua.
Matteo Bellardi
“Muchas de las peculiaridades de Arabia han quedado a la vista de todos tras la reciente expedición de los romanos contra los arabes, expedición hecha en mi propio tiempo siendo Elio Galo el general.”
Estrabón, libro XVI
En el año 25 a.C. Elio Galo, prefecto de Egipto, emprende por orden de Augusto una ambiciosa campaña militar hacía los límites más meridionales de la península arábica. Intrigas, epidemias, marchas extenuantes, ciudades exóticas serán los ingredientes de una intrépida expedición por el desierto: el relato histórico de sus acontecimientos tiene el sabor especiado de una gran aventura.
Carlos Aguayo Pérez
Cuando Alejandro Magno se avino a regresar de la India, dividió a sus ejércitos. Unos volverían a pie, otros en barco, en la flota del almirante Nearco. Dirigiéndose siempre hacia el Oeste, “sólo” tendrían que seguir la costa desde la que se les avituallaría, sin embargo, esto nunca ocurrió. Perdidos en un océano hostil, sin abastecimiento ni un destino claro al que arribar, pronto comenzaron a ver seres mitológicos. Aquellos que volvieron fueron confundidos con desarrapados mendigos…
Fernando Alonso Burgos
Seguidme, compañeros soldados, a menos que queráis regalar el águila de vuestra legión al enemigo. Yo, por mi parte, voy a cumplir mi deber hacia mi general y hacia la República […]
Aquilifer de la Legión X en César, Guerra de las Galias, IV, 25
De las Islas Pretanniká sólo se tenían vagas noticias traídas por marineros legendarios y leyendas marineras que se perdían en la noche de los tiempos. En su empresa más conocida, durante la Guerra de las Galias, Julio César se embarcó en una ruta temeraria que superaba los miedos atávicos de internarse en el Mare Externum. Tras las brumas de una mañana de verano del año 55 a.C. desembarcaron en un paisaje distinto al que llevaban años transitando en las Galias pero del que le habían llegado los estrechos lazos que vinculaban a unas gentes y a otras. Habiendo comandado a su recién nombrado rey aliado de los galos belgas atrebates, Comio, y tras llegarle las noticias de que había sido hecho prisionero, se encaminaba hacia lo desconocido en una costa húmeda y fría, hostil y asediado por los mil ojos de fieros bárbaros que, a lo mejor, no se movían por impulsos tan distintos de los suyos.
Javier Alonso
La costa de Fenicia era una fuente de materias primas para Egipto desde los inicios de la civilización faraónica. Sin embargo, las relaciones entre los egipcios y los habitantes de la región pasaron por diferentes fases que fueron desde la fascinación hasta el rechazo. El Informe de Wenamón, un texto egipcio de alrededor del año 1.000 a. C., nos cuenta las aventuras que vivió Wenamón, servidor del Templo de Amón en Karnak, durante un viaje hasta Biblos para obtener madera destinada a la construcción de una barca sagrada de Amón. Por el relato irán pasando, gobernadores provinciales egipcios, piratas asentados en Canaán, reyes de Biblos arrogantes y todos ellos con un rasgo en común: le hacen la vida imposible al pobre Wenamón. Y es que, en los viajes, no siempre sale todo como se ha imaginado.
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